Estilo Adoratriz

Nuestra Institución, y de acuerdo a nuestro Ideario y Carisma adhiere a los principios que inspira el Paradigma Pedagógico Ignaciano. En consecuencia la educación de los Colegios Adoratrices, incluye el desarrollo de la capacidad para discernir dando prioridad a la adquisición de valores humanos, cristianos y a la formación de la voluntad para el ejercicio de la libertad responsable.

La educación Adoratriz se caracteriza por ser:

    • INTEGRADORA:

De la interioridad del hombre, porque estimula el conocimiento, amor y aceptación realista de sí mismo con la ayuda del Espíritu Santo que actúa en él.
De las personas, porque desarrolla las cualidades de cada una para ponerlas al servicio de la comunidad, basándose en la vivencia de la Eucaristía como vínculo de caridad y signo de unidad.
De los conocimientos entre sí y de éstos con la vida, porque proporciona una visión objetiva del mundo, que conduce al compromiso para transformar sus estructuras injustas.
De la fe con la vida y de la vida con la cultura a través del testimonio de vida cristiana centrado en la Eucaristía y de una cultura iluminada por los valores evangélicos que ayude a la transformación de las realidades temporales.

    • PERSONALIZADA:

Insiste en el cuidado e interés de cada persona.
Da importancia a la actividad del alumno atendiendo a su proceso de madurez.
Persigue la excelencia en el desarrollo de todas las cualidades de la persona.

    • ABIERTA:

Acoge a todos lo que deseen formarse no solo humanamente, sino que quieran profundizar el Don de la FE.
Incentiva el servicio a los demás como respuesta al amor del Padre.

 


    • CAPAZ DE CONDUCIR AL COMPROMISO:

Tiene a Cristo presente en la Eucaristía, como modelo de entrega al Padre y a los hermanos.
Orienta hacia los valores que fundamentan el recto juicio crítico, para responder libre y creativamente al amor de Dios basándose en el discernimiento y en la práctica de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.
Propone a la virgen María como Madre y Modelo de fidelidad a Cristo, para incentivar la vivencia de la caridad, obediencia, humildad, respeto, espíritu interior y servicio.


“Es prioridad Institucional la esperanza en la capacidad perfectiva del ser humano que genera un estilo optimista en la relación con la vida general y de un modo especial con la de los educadores y educandos que, superando las dificultades, las limitaciones y el dolor, busca descubrir y aceptar su misterio en un clima de alegría.”